top of page
Buscar

La batalla que hay en nuestro interior.

  • Foto del escritor: Melx
    Melx
  • 5 jun 2019
  • 6 Min. de lectura

Hay un conflicto, dentro de nosotros, que sucede todos los días, una batalla que peleamos a diario.

Y esa batalla es nuestro Espíritu, que es el que anhela, el que clama por querer hacer todo lo que agrada a Dios, y por otro lado, tenemos nuestra carne … la cual es débil, quiere ser satisfecha, quiere que la complazcan, y es todo lo contrario a lo que desea El Espíritu. Y esta guerra sucede a diario, dentro de nosotros.

Ahora bien, nacimos con una naturaleza pecaminosa, esa naturaleza de pecado, que es parte de nosotros, y que nos impulsa a cometer pecados.


(Romanos 3:23-24)

23 Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, 24 pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.


Desde que pecamos, hemos sido PRIVADOS de la gloria de Dios, pero gracias al sacrificio de Jesús, fuimos reconciliados con Dios.

¿Cuántas veces empezamos algo, pero no lo terminamos?

Algo, que algún día prometimos que íbamos a hacer, pero por alguna razón, lo dejamos a medias.


Algo en lo que la mayoría, nos podemos identificar, ¿cuántos de nosotros hemos hecho el propósito de bajar de peso?


¿Cuántos hemos dicho el típico, “el lunes empiezo la dieta”? (AAMMMEEEEN)

Ahora, es súper fácil comprometerse, llega el lunes, me levanto temprano, voy al gym, como poquito arroz, mucha ensalada, pollito, pescado, ya me siento fitness, pero llega el martes … y ya te da pereza, tal vez, tienes que estudiar o trabajar, te da pereza cocinar, y entonces nos vamos a comprar una hamburguesa … y ¡Adiós dieta!

Es tan fácil decir ¡lo voy a hacer!, pero siempre por x razón, dejamos todo a medias.


Otro ejemplo, ¿Cuántos tienen libros en sus casas, que nunca han terminado?


Yo soy una de esas, y no sé si les pasa, pero, compro un libro, empiezo a leerlo, tomo nota de todo, lo subrayo, WOW Dios me vuela la cabeza con el mensaje .. y unas semanas después, el libro ahí tirado, todo empolvado.


¿Cuántas veces hemos querido hacer algo pero nunca lo terminamos?

A pesar de que el anhelo esté ahí, pero se han preguntado por qué no podemos terminar, por que nos comprometemos a hacer algo, que realmente nunca hacemos, porque lo dejamos a medias. Y nos llegamos a sentir frustrados, desanimados y nos damos por vencidos.

Y se dan cuenta, que aveces muchos de nosotros queremos todo ¡YA! Resultados al instante


¿A qué quiero llegar con esto?

Que es lo mismo en nuestro caminar con Dios, a nuestra vida espiritual con Dios. Nos ponemos metas, tenemos anhelos, sueños, pero por alguna razón, no podemos … lo dejamos a medias, y terminamos frustrados porque queremos dejar de hacer ciertas cosas, cierto pecado, queremos dejar de ver ciertas cosas en la televisión, queremos dejar de ver a esa persona que tu sabes que no debes de estar viendo.


O al contrario, quiere empezar a hacer, quieres empezar a leer tu biblia, a tener más intimidad con Dios, a pasar más tiempo con Él, quiere convertirte en una mujer, un hombre de Dios, de oración, porque tu sabes que lo necesitas, pero te has preguntado, ¿Por qué no sucede?


¿Por qué lo dejamos a medias?

Tienes que saber que si es posible vivir una vida en libertad, en plenitud, en abundancia junto con Cristo, y no ser esclavo al pecado, ¡SI se puede!

El apóstol Pablo es tan honesto, en Romanos 7, nos habla de sus batallas

Romanos 7:15-24

15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. 16 Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena; 17 pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo, sino el pecado que habita en mí. 18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.20 Y, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.

21 Así que descubro esta ley: que, cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. 22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; 23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. 24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?


No les impresiona lo que nos dice Pablo?


15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.

21 Así que descubro esta ley: que, cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.


Está siendo tan sincero, hablando de su lucha, del pecado que está dentro de todos nosotros, esa batalla que peleamos todos los días.

Y aunque tu y yo hemos nacido con esa naturaleza pecaminosa, Dios nos da herramientas para poder caminar en libertad, Él nos enseña y nos muestra a través de su palabra como podemos caminar en libertad, a dejar la mediocridad a un lado y vivir en abundancia, en plenitud, confiando que Dios nos esta encaminado a hacer algo muchísimo mejor.

Ahora, quiero decirte los siguientes 2 puntos.



* Tenemos que reconocer que no podemos ganar una batalla que NO nos pertenece a nosotros.


Y, a qué quiero llegar con esto, “No nos pertenece a nosotros”.

Una y otra vez intentamos caminar en santidad, serle fiel a Dios, en nuestras propias fuerzas, en nuestro propio conocimiento, pero se dan cuenta que, siempre fallamos? Y después de un tiempo, te cansas?

A lo que me refiero con que esta batalla no es tuya, es que no es para que tu la pelees, en Juan 16:33 dice “Animate que yo he vencido al mundo” tenemos que descansar en esta palabra.


Nuestra parte es reconocer que necesitamos la intervención divina de un Salvador, que ya venció al mundo, para que venga y pelee nuestras batallas y transforme nuestros corazones.


La ley del pecado lucha con la ley de mi mente y soy cautivo”

SI somos cautivos en la naturaleza, pero para ser libres tu y yo tenemos que exponer nuestros pecados, confesarlos, exponer nuestras debilidades delante de Jesús, y decir ¡Señor, soy culpable! Pero solamente Tu sangre divina y pura y santa puede venir a lavar y a transformar mi corazón.


El señor ya hizo su parte, vino a morir por ti, por mi, se entregó como sacrificio y ahora tu y yo para caminar en libertad, tenemos que exponer y confesar, reconocer las partes más oscuras de nuestro corazón para que la luz entre a nuestra vida, y poder caminar en libertad, confiado en Jesús.


1 Juan: 1:8-10

8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.



¿Para qué fingir?

Cuando tenemos al cordero que murió por nosotros para venir a reconciliarnos, para venir a traer justificación. ¿Para qué fingir?

Y por qué no exponer nuestras debilidades y dejar que Dios venga y ministre y nos quebrante, y haga su obra en nosotros y poder ver el fruto a través de ese quebrantamiento y de ese proceso, va a ser un largo proceso, pero la palabra de Dios dice que va a dar fruto, vamos a dar fruto.



El segundo punto, donde en Romanos Pablo nos enseña y que es importante


*Vivir por medio de su espíritu


Romanos 8:9-11

9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.

11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.


Aquel mismo Espíritu que levantó a Jesús de los muertos, es aquel que vive y mora en nosotros.

Quiero que podamos comprender esto, El Espíritu de Dios, aquel que levantó a Cristo Jesús de los muertos vive en nosotros, y a través de ese Espíritu, que trajo vida a Jesucristo, también va a traer vida a nuestros cuerpos mortales.

VIVIR POR MEDIO DE SU ESPÍRITU.


¿Qué significa vivir por medio de SU ESPÍRITU?


Romanos 8:15

15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!

Y para cerrar, quiero que nos enfoquemos en la palabra “Abba”

Es una palabra de la lengua arameo, cuyo significado es papá, Abba Padre define la relación de padre e hijo, en donde el hijo reposa en la confianza, en la protección, en las buenas manos del padre, reconociendo que Él nunca lo va a dejar, nunca lo va a abandonar, si no al contrario, lo va a abrazar, lo va a proteger por siempre,a través de su amor.

 
 
 

Comments


© 2017 by Melissa Proudly created with Wix.com

bottom of page